Hasta el momento, el nuevo Antares 30 es el de menor eslora de la línea de cruceros mixtos de Beneteau que incluye en su configuración un flyingbridge, que resulta de mayor tamaño de lo esperado.

 

Durante esta temporada, los aficionados a esta línea de cruceros de pesca-paseo, han podido apreciar diversos cambios por parte del astillero, que han iniciado el paso de la denominación de sus nuevos modelos de eslora media, de metros a pies. De modo, que el nuevo modelo Antares 30 se correspondería a un previo 10.22 o 9.20, dependiendo si se refiriera a su eslora total o de casco.

Aparte de este detalle, es muy importante destacar el gran esfuerzo que ha realizado este astillero francés de cara a esta temporada, para la que ha previsto hasta 15 nuevos modelos repartidos entre sus distintas gamas de embarcaciones, muchas de ellas en el sector de la pesca-paseo.

Estéticamente las nuevas propuestas de Antares son más modernas y deportivas que sus predecesoras, como podemos observar en la cubierta de la Antares 30, cuyas líneas aportan perfiles redondeados, un casco estilizado y un flyingbridge que es bastante grande y se integra muy bien en la estructura general.

 

El hecho de que la Antares sea el primer modelo de más de 9 metros de esta línea que incorpora un sobrepuente, no significa que muestre grandes diferencias respecto a sus hermanos mayores, ya que guarda grandes similitudes estéticas con ellos, tanto en soluciones como en los detalles, entre los que destaca el perfil descendente de la unión casco-cubierta, que acentúa el aspecto moderno y agresivo de esta línea de cruceros.

A la hora de diseñar esta nueva propuesta se ha incidido claramente en los aspectos más enfocados hacia el crucero, como demuestra el equipamiento o la adopción de una plataforma de baño de un tamaño considerable, dotada de forro de madera y que aunque sin cofre de estiba, sí que dispone de una escalera extensible que se oculta en el interior de su estructura.

La puerta de entrada situada en estribor nos deja apreciar el gran grosor del espejo del perfil de popa, para acceder a una bañera bastante amplia en la que cuenta con un asiento modular en forma de L, con estiba en su interior, que podría ser desmontado totalmente. También incorpora en el suelo un gran portón de acceso a la sentina, con bastante espacio y un armario lateral para la bombona de butano de la cocina, así como una escalera de estructura tubular en inox-teca, ancha pero con muy poco ángulo.

 

Nuevamente Beneteau ha optado por diseñar una cubierta de pasillos asimétricos, práctica para aumentar la capacidad interior, con mayor tamaño en estribor y algo justo en la banda contraria, para rodear la cabina hasta la cubierta de proa, donde ofrece una gran superficie algo inclinada para tomar el sol, además de un cofre de fondeo dotado de molinete en su interior.

El flyingbridge, que caracteriza a este modelo, es de un tamaño superior a lo esperado para esta eslora, más largo que estrecho y que incorpora en la popa un arco moldeado muy bajo que cuelga ligeramente sobre la bañera. En su distribución adopta una dinette en la parte posterior, con asiento en forma de U y mesa amplia, que se puede abatir para crear un solarium a resguardo de las miradas. Además incluye un asiento doble para el piloto, formado por el respaldo reversible del comedor exterior y que se enfrenta a una consola de gobierno baja, que ocupa de banda a banda y que ofrece en su sencillo diseño bastante espacio para electrónica.

 

No cabe duda que esta nueva Antares 30 está más enfocada hacia el crucero familiar que para la pesca, como muestran importantes detalles en la decoración,  algo más sofisticada de lo habitual en esta línea y el equipamiento.

Se ha optado por acabados en madera y tapizados claros, especialmente atractivos en el salón principal, muy acogedor, con una notable visibilidad y luminosidad que ofrece una importante superficie acristalada, en la que destacan las grandes escotillas practicables de las bandas, que aseguran la ventilación.

En la distribución no se han buscado sorpresas, aplicando un modelo habitual en Antares, con una cocina lineal junto a la entrada, con tapa cubriendo fregadero y fogones, además de varios armarios y un horno instalado muy bajo. En la banda contraria se ubica el comedor, con un cómodo sofá en forma de U y una mesa de buen tamaño. Directamente tras el parabrisas delantero ofrece un asiento doble y alto en babor para los acompañantes y un asiento individual en la banda contraria, sobre la estructura de la nevera, reservado al piloto. Éste disfruta de un reposapiés y una consola alta de curioso diseño que se podría aprovechar mejor.

Una escalera central nos sitúa en la zona de descanso, que ofrece un camarote con dos literas en la banda de babor y un aseo estrecho y alargado situado bajo la consola, en el que se debería mejorar la apertura de la puerta para ampliar el confort.

En proa cuenta con un camarote de buen volumen con una puerta de acceso corredera, que seguramente se debería copiar para el baño, en el que se incluye una cama doble, armario y un interesante secreter en la banda.

 

Ante todo deberíamos resaltar que esta embarcación comparte carena con la anunciada Antares 30S, cabinada sin sobrepuente, además de con la Antares 32, que en realidad es la misma versión con fly pero dotada de una doble motorización.

En la versión Antares 30 que estuvimos probando, se ha incidido en dotarla de un solo motor, entre otros motivos para ajustar los costos, adoptando para ello un efectivo túnel evolutivo encargado de acoger el timón colgado de popa y aprovechar mejor el flujo generado por la hélice.

Navegando en unas condiciones de mar rizada en la bahía de Marsella y con cuatro personas a bordo, la embarcación demostró una buena adaptación a los 380 hp de su motor Yanmar, que le permitieron alcanzar una velocidad máxima de 25,8 nudos, con una adecuada sensación de seguridad.

En realidad no nos fue difícil encontrar algo de oleaje, sobre todo molestas estelas cruzadas que superamos con un adecuado confort, sin grandes rociones, a pesar de un molesto viento de 15 nudos que racheaba de forma continua.

Tanto desde el exterior como desde la cabina, el gobierno de la embarcación resultó cómodo y sencillo, manteniendo una velocidad de crucero entre 19 y 22 nudos como la más adecuada para mantener un buen compromiso entre prestaciones y consumos.

 

Es indudable que esta nueva Antares 30 quiere situarse más como un crucero familiar que como una clásica embarcación de pesca-paseo típica de esta marca francesa, gracias tanto a su equipamiento como a su decoración, que resulta especialmente confortable.

Estéticamente está bien solucionada, con unas líneas de cubierta modernas y atractivas en las que destaca un flyingbridge, más grande de lo habitual para esta eslora y bien integrado, en el que ofrece incluso un práctico segundo solarium.

En los interiores destaca la luminosidad y la capacidad de asiento, sobre todo en el comedor, así como los dos camarotes independientes que permiten programar incluso unas vacaciones a bordo.