Embarcaciones eléctricas

11 Ene 2023

Embarcaciones eléctricas

Listado en CONSEJOS PRACTICOS

¿Hay luz al final del túnel?

La rápida evolución del mercado de embarcaciones con propulsor eléctrico ha mejorado las propuestas disponibles, a pesar de estar ciertamente limitada por el lastre de las baterías, que afectan directamente la capacidad de disponer de mejores prestaciones y una autonomía realmente eficiente.

Las actuales normativas ecológicas que cada día implican más países a nivel global, están provocando importantes cambios en los sistemas de transporte que afectan no solo a los propulsores, sino también al propio diseño de los transportes, como aviones, automóviles o embarcaciones, entre otros.
La rápida evolución de los motores eléctricos en el sector de la automoción y especialmente de los sistemas de baterías, ha supuesto un significativo abaratamiento en los costos que, finalmente, ha abierto las puertas al sector de la náutica deportiva, que ya ofrece un interesante abanico de posibilidades.
Tanto las embarcaciones de motor como las de vela pueden convertirse en una embarcación eléctrica, pero es el trabajo de diseño para la integración de los componentes necesarios, lo que marcará la verdadera eficiencia de la propuesta.

Eléctricos y no electrificados
Es fácil pensar que para convertir un barco en eléctrico es suficiente con montar a bordo un motor eléctrico, pero en realidad el concepto es crear una embarcación de poco consumo y fácil de recargar, que nos permita disponer de unos rendimientos acordes a nuestras necesidades además de una autonomía considerable para distintas aplicaciones y, para ello, es necesario trabajar aspectos primordiales que incluyen desde el diseño del casco hasta su estructura interna, además del desplazamiento y las instalaciones eléctricas.
Hoy en día cualquier astillero puede incluir en su catálogo opciones de motor eléctrico, pero en algunos casos es una propuesta más para estar a la moda que realmente eficiente en aspectos como rendimiento o autonomía, además de tener en cuenta cómo afectan directamente en el asentamiento en la embarcación los pesados grupos de baterías necesarios a bordo.

Limitaciones
Es cierto que podemos olvidarnos ya como único representante de los motores eléctricos del clásico concepto de fueraborda eléctrico de baja potencia y utilizado como complemento para la pesca, principalmente del BlackBass, como única alternativa para electrificarnos, puesto que hoy en día el mercado ofrece muy variadas tecnologías y tipos de propulsor, como ejes, colas, fuerabordas, turbinas o PODs y en potencias que pueden superar varios cientos de CV.
Estas nuevas propuestas  pueden proporcionar rendimientos considerables, similares en ocasiones a los clásicos motores de combustión, pero generalmente lo hacen a cambio de una drástica reducción de la autonomía. Ello supone también la necesidad de montar a bordo grandes grupos de baterías si queremos obtener resultados similares, afectando directamente en el peso y asentamiento de la embarcación y, por lo tanto, en las prestaciones.
Otro problema que se plantea es la necesidad de cargar de energía estas baterías, para lo que pueden incluir un generador convencional a bordo o basarse en la combinación de aerogeneradores, hidrogeneradores y las míticas placas solares. Estos tres últimos son de eficiencia limitada y desde luego, a día de hoy, el mercado no cuenta con una opción que nos permita ser totalmente autosuficientes si queremos una velocidad y alcance parecidas a las que ofrecen actualmente los motores de combustible convencional.


La solución más eficiente para la recarga hoy en día sigue siendo todavía utilizar un cargador que suministre directamente corriente de la red en tierra a las baterías, como también hacen los automóviles.
Esta “solución” plantea a su vez otro importante problema para un futuro cercano sin emisiones contaminantes de motores en el mar. No existe actualmente una red eléctrica en los puertos a nivel mundial preparada para sostener realmente las necesidades de un parque de embarcaciones 100% eléctricas que sustituyan a todos los barcos convencionales.
Este problema lo encontramos en cualquier puerto deportivo de nuestro país y las pocas infraestructuras de recarga de baterías son, generalmente, pruebas realizadas en la mayoría de casos por empresas privadas.
En este caso nos gustaría pensar que debería ser la propia administración de cada país, que realmente quiera cuidar el medioambiente y crear una sociedad sostenible, la que debería crear una red de carga de electricidad para todas las instalaciones náuticas y crear así una flota sin contaminantes en el mar.

Las propuestas híbridas
El mercado está proponiendo también opciones híbridas, alguna de las cuales desarrolladas hace tiempo en el sector profesional, como el uso de motores eléctricos con la energía suministrada por un generador de gasoil, que ya utilizan los grandes cruceros de pasajeros.
Como motores híbridos es posible encontrar también combinaciones de motores interiores con un gran generador situado entre el eje del motor y la transmisión para cargar las baterías, que después invierte su funcionamiento actuando de motor eléctrico.
También coexisten otras propuestas combinadas entre las que vale la pena destacar alguna que utiliza motores de combustión acompañados de motores eléctricos que actúan de hidrogenerador cuando se utiliza el motor de combustible y como propulsores cuando deseamos navegar sin emisiones ni ruido.
Más moderno parece el uso de motores eléctricos y pila de hidrógeno o simplemente motores de combustión transformados para utilizar el hidrógeno como combustible, pero en realidad hace tiempo que existe para el sector de la automoción. En este sentido, cabe destacar que marcas de reconocido prestigio como Volvo ya tienen flotas de barcos profesionales de pruebas en funcionamiento, mientras otras marcas como Yanmar o Yamaha, están desarrollando ya propuestas conjuntamente con otras marcas de automoción.

La opción de los foils
Existe una propuesta del mercado que está rompiendo los esquemas existentes hasta el momento en el sector de las embarcaciones de propulsión eléctrica, que se basa en la utilización de embarcaciones con Foils, unas hidroalas adosadas al casco que, a partir de una velocidad concreta, elevan la carena fuera del agua eliminando gran parte el rozamiento y consiguiendo con poca potencia grandes rendimientos.
El resultado es simplemente fantástico, consiguiendo altas velocidades sin esfuerzo, con una navegación suave y confortable, en silencio total, con cero emisiones y manteniendo una autonomía más que razonable.
Las limitaciones de la opción de usar Foils residen en la adaptación de la embarcación y los distintos sistemas de hidroalas a la navegación con olas, que no todas las marcas tienen solucionado, o la posibilidad de chocar con algún objeto flotante a alta velocidad, frecuente en ciertas zonas, que dañe el foil y frene el barco súbitamente.
Además, debemos contar que la tecnología aplicada a este tipo de embarcaciones es tan avanzada, sobre todo en la asistencia al trimado o en la construcción ultraligera del casco, que supone unos precios de compra, de momento, sumamente altos.


El resultado
A pesar de los rápidos avances que nos hacen soñar en un sector náutico deportivo sostenible y sin emisiones, lo cierto es que aún estamos en el inicio de una serie de tecnologías que, correctamente combinadas, pueden acercarnos a un mundo mejor, pero que actualmente no cubren todas las necesidades del mercado.
La tecnología de los motores eléctricos en si está muy avanzada y cada vez aparecen mejores propuestas. No olvidemos que los primeros automóviles de producción, hace más de un siglo, eran en muchos casos eléctricos.
Es fácil pues encontrar motores muy resistentes y eficientes desde 1 CV de potencia a varios cientos, aunque no se ha popularizado aún su venta a nivel internacional.
El problema principal es, sin duda, la tecnología de las baterías, que obligan a cargar grandes pesos a bordo, mayores en cuanto más potencia o autonomía precisemos. La mayoría de las propuestas se decantan por las baterías de iones de litio, de precio costoso y también pesadas, aunque no tanto como otras. Sin embargo, tenemos la suerte de vivir en una época pendiente de la evolución de muchas otras propuestas, desde baterías sólidas o incluso bioquímicas hasta las míticas de grafeno que están avanzando muy rápido y esperan ser la solución para aspectos como la reducción de peso, la rapidez de carga o el coste de fabricación.


De momento, hoy en día podemos tener acceso real a propuestas tan diversas tecnológicamente y en potencias, como los fuerabordas del fabricante alemán de la gama Torqeedo, el concepto Avator de Mercury, el Wave 300 CV de Explomar, El FinX sin hélice, el ultraligero Temo, los modernos Electrine, Pulsar y Parsun, la china E-propulsion, la canadiense Acel Power, los nuevos Pure watercraft, los australianos Eclass, el original Revolve, el veloz E-Motion, el radical Deep Speed de Sealance o Yamaha con su transmisión Harmo, entre muchos otros que se anuncian continuamente.
Todas ellas y muchas otras pueden cubrir diversas necesidades de propulsión, con una variedad de gamas realmente amplia gracias también a la innumerable cantidad de fuerabordas eléctricos del mercado de baja potencia, para uso de lo más variado.

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